La limpieza con hielo seco se puede utilizar en una amplia gama de aplicaciones y una gran variedad de formas y superficies, desde hormigón, pavimento, madera, plástico, metal, textiles o vidrio hasta electrónica sensible. Es ideal para eliminar pintura vieja, adhesivos, goma, esporas, moho, óxido de la superficie, grasa, líquenes, hollín, bacterias y otros contaminantes de cualquier superficie. Se utiliza, por ejemplo, para limpiar cortacéspedes y chimeneas; quitar adhesivos de automóviles; limpiar ordenadores, placas base, cajas de distribución, equipos CNC, rodillos de impresión, moldes de panadería, plantillas de soldadura, robots, fachadas, edificios y esculturas históricos, superficies textiles, sistemas de aire acondicionado, equipos de construcción, etc.
¿Por qué es tan efectiva la limpieza con hielo seco? Véase el principio del método.